Tranquilo el día decidí coser los recuerdos a mis bolsillos adornar los arboles con la risa de mi padre tomar un café al borde de la ventana cocinare todas sus palabras y pintar flores rosadas tejer abrigos a las cortinas descocidas barreré el tiempo incrustado en la casa secare al sol el paraguas de ayer porque el adobe de la tarde se agrieto con el viento de septiembre cerrare el bolso peinare mi pelo respirare hasta el día siguiente cuando en tu tumba deje las mejores estaciones otoñales.
El otoño se quedo en los musgos con olor a cosas abandonadas el hastio se averguenza de la casa con barro aqui estoy mordiendome toda la tristeza pasaran mas otoños uniendo soledades vine para cerrar la casa para que el tiempo se retire ya no se me olvidaran las llaves toneladas de hojas suplicaran que caliente el sol los ojos de los perros ya no tropezaran con los bostezos de mi padre ya no habran mas pantalones arremangados y sus parpados no dormiran las siestas.
Otoño de domingo lluvioso jirones de recuerdos rasgan la casa atravesé las cercas y el olor a ciruelas me hizo oír muchas risas había un alboroto en las ramas los pájaros se alegraban hasta las maltratadas paredes se hablaban entre ellas había mucha tristeza el agua corría desde mi abrigo a mis botas el acumulado musgo estrujaba sus ropas las ventanas pedían contemplar las calas que nunca duermen estaban susurrando los versos de mi madre el olor a té me dejo inquieta había que ponerles cortinas a los vidrios rotos seguía lloviendo y los arboles entumecidos sacudían sus mochilas cargadas de hojas.
Esta fue la casa de otoño donde mi padre encendia la chimenea hoy esto queda... presencias... recuerdos... y muchas soledades....
Hoy es día de duelos arrepentidos de un otoño atrasado rezar para no oír gemidos pausado dolor había una certeza en esta mañana Dios nos repartiría unos momentos antes de cerrarle los ojos los cigarros están de luto y el sol algo adolorido el pasillo era largo y silencioso se mojaban mis zapatos de lágrimas se perdía el humo seco de tus ropas y se esparcirán los silencios rotos hilvanar el dolor en los cabellos atar los cordones de tus zapatos buscar tu ropa elegir flores regresar a casa....
En el día de tu muerte el otoño nos regalo lágrimas en forma de lluvias... nubes oscuras y unas aves que ya se habían silenciado... hoy no quiero hablar es día de mi duelo... amontonare unas flores y con los ojos en pena te visito.
Se comenzo a secar el silencio y las colmenas sepultaron sueños todo se abriga junto a las nostalgias mis suplicas añoraron tu mejoría el día estaba como hoy lleno de nubes y los pájaros nos miraban desde lo alto como llorabámos pasillos mudos calles con hojas se extendieron muchas manos y el otoño nos traía mas dolor te quedabas cada vez mas cansado tu cuerpo se nos huía el día sangra jamas encontré mas helado el otoño no eras poeta solíamos ver tu barba crecida lágrimas tristes y uñas sombrías nadie nos vio por los pasillos como la vida nos dejaba un hueco lloro la rabia se congojo la pena el olvido no es un buen recurso.
Te amo Padre..... Hoy igual que un año atrás el cielo esta lleno de palomas blancas...
Huelo desde la ventana aromas de limones y naranjas ácidas se desvisten las nubes viejas atravieso todo el huerto con las manos dentro del delantal gimen las ausencias hace frió el sol solo tiene palabras para mi sudan las hierbas y los pájaros hacen rondas el otoño hiere los troncos y los humildes hinojos sueñan siempre los días son distintos pero el silencio es el mismo hay un trajín de insectos y un sosiego en mis piernas aveces la nostalgia se escribe con faltas de ortografía siempre el gato me lame las medias hoy es día de hacer mermelada de menbrillos.
Hay un poco de sol entre los patios en flor cercos llenos de recuerdos y hojas muchos octubres en la espalda de mi padre endurecidos arboles y unos zapatos viejos amarrados al sol racimos de uvas secos hablándole a la soledad un poco de ropa mojada gesticulando al frió un columpio que retiene risas resbalandosé hoy con las primeras lluvias de este el otoño de mi padre a el ya no le importan las camisas sin planchar huelen a humedades rancias y toser para el ayuda a despertar la casa siempre esta mas triste en el respaldo de una silla frente a la casa siempre hay musgos añejos.
En este día hay un otoño recojido de dolor por la muerte de mi padre.
Mirar nubes o llorar sobre charcos mecen nidos bajo sus brazos con mangas pintaron versos y nombres pero siempre fueron nostálgicos sus piernas sujetaban bicicletas que esperan tardes le hablaron a los adoquines helados mecieron cuerdas a las ciruelas crecen y ocultan rostros que lloran cuando las campanas descansan estrujan todos los silencios cuando despiden perezas espían los días y observan las despedidas del sol cuando es otoño siguen durmiendo tienen formas y piernas que aveces lastiman.
Atoradas las hojas con insomnios de otoños se enredan en verbos de mañanas frías respiran cielos grises como sortilegios en los bolsillos de los pantalones acarician quejumbrosas la soledad como siluetas recojidas se esparcieron en otoño lloran aburridas bajo los arboles y burlan a las nubes cuando gritan las amapolas las hojas aman el silencio son languidez de días dominicales caen desde las solapas de las ramas hasta las tardes que esperan brisas se despiden calladas destilando tanto olvido.
Párrafos de otoños vestidos de platos sucios las ortografías de la mesa agonizan el mantel llora el frió las arritmias de los arboles asusta y los silencios hacen ruidos en las bibliotecas mis manos insisten en seguir cruzadas y mi soledad sigue tosiendo en el ojal de mi vestido llevo muchos pecados el vinagre rasguña las cebollas guardadas en vasijas de cristal alertas del frió los perros sufren los desayunos son dolores y dejaran de agonizar los abrigos con polvos las escobas se callan en la cocina humean galletas y se secan ropas los pájaros se acostaran temprano siempre desfiguré en mis tardes de otoños los colores ocres.
Hay un aroma de ropas tendidas y jabones azules a ratos lloran las uvas secas y se arropa marzo en otoño las cajas se fueron llenando de nada las azucenas ya no respiran poemas solo los maizales secos esperan aves mueren siestas con días llorosos se derriten nubes con atrapadas golondrinas sufren las ciruelas cuando los poetas se cansan sentada me besan hojas cuento las madejas que me tejerán cariños en los trastos viejos pasa el día en la ventana helada la silueta de un gato.
Se arrugo el otoño en un telar de angustias ya no hay nada que el viento no arrastre el sol tiene un monologo oculto con un olor antiguo de arboles es hora de dar un portazo a los días para colgarme de las disculpas el otoño tiene faltas de ortografía que sincronizan mañanas el viento aborta susurros podare ventanales para observar el dialogo de los pájaros perdonare a los paisajes de cartón que nunca se fueron y a los chubascos llenos de mugres grises viejas acacias de maderas que anuncian clausuras ladrillos estremecidos que asesinan amasijos de otoños.
Destiladas lluvias de amaneceres revolotean mis perezas cuando quiero una larga pausa a mis otoños se endulzan las ciruelas y se descocen bastas de vestidos usados se hicieron añejas las telas con botones de soledad se desprendieron todos los paseos con las aceras ahora polvorientas se acostaron las canciones y humearon las sopas vacías resbalan higos y naranjas con azúcar mis días atarantados de los ajos que comienzan a crecer se acumulan tejados con vientos embarrados de otoños los rastrojos siempre se ocultan tras las puertas en los rieles siempre quedan hojas.
Aleteos dorados de hojas enmudecidas acariciadoras de mañanas cuando los jazmines ya no están jadeantes y marchitas de colores purpuras disfrutan vacías todas las calles de septiembre atrasan relojes de tardes con olor a otoños añoran en los patios almacenadas amontonadas lloran hay una redención al viento se cuelan sin prisas en las ventanas no se si se marchan a pisotear amapolas o solo quieren juguetear en mis faldas siempre hay una excusa para marcharse cuando en los andenes abandonados las recogen como flores.
Hay muchas palabras de otoño que quedaron despiertas el viento esta casi olvidado conozco mis lluvias que se acurrucan y que despiertan a los pájaros quedan muchos zapatos húmedos y paredes llenas de humo siempre estoy sentada con demasiada culpa y con tantos otoños doliéndome tantas torpezas apegadas al polvo de la casa tantos vientos metidos en los cajones necesito ahora silencio para enfrascar la ausencia y recoger los ceniceros dejados al olvido dejar de llorar sobre los pijamas sucios.
Se marchan los olores de los zapatos gastados ya no se de pájaros ni de agujas que descosen el sol los tejidos del otoño roban manzanas cuando mi cansancio se sujeta de los estornudos siempre habrá un sábado con alientos a café libros amarillos y bufandas con motas de cardos siempre hay una mesa antigua puntos y comas añejos me gusta dormir en otoño lijar tejas secar nombres callar y cerrar palabras desempolvar recetas planchar las solapas de los abrigos mojados mañana nesecitaré un cigarrillo.
Otoño palabra de olvidos de espejos y pájaros soñolientos de eñes sordas alguien me abandono con el viento en el rostro cuando bordaba poemas azules pintare a mano las tenues lilas los percheros cuelgan el viento y se saben de memoria los abecedarios hay una soledad en el diccionario y una melancolía en los trapos sucios abrochare al tejado la lluvia de mis cuadernos y me acostumbrare a la humedad de este mes y a que los pájaros se vayan sin preguntar porque hoy quise llorar.
El día espera cosechar muchos otoños con sus ultimas horas que empujan a llorar el otoño esta tan pálido no discute el frió y la tarde ya no me dice nada la ropa colgada desprende soledades y los ruidos siempre me distraen las manzanas siempre me interrogan no puedo pintarlas ahora quiero secar crisantemos y desatar las cebollas de los cuartos oscuros servirle un te al silencio no lloran sin motivos las madejas de olvidos es hora de abrigar arrepentimientos pronto el otoño empacara y se ocultara tras las semanas este viernes sera mas frió cuando se comiencen a cercenar melancolías.
Huelé a una ausencia retenida este jueves de otoño hay rincones cansados de polvos repetidos y colgarse del closet sueños que no tienen regreso pero los olores despiertan este otoño y quizás pueda sazonar los besos escapados me asusta la vergüenza desnuda de los sauces tengo un cajón con olvidos que en algún instante corregiré el viento limpia las tardes mañana amare la melancolía que pide disculpas el humo hace musarañas con aroma a café recién hervido quiero seguir adormilada así la soledad duele menos porque el tiempo ya repartió las palabras yo decidí atardecer...
He cortado mi otoño en la arpillera de las cortinas con retazos de hojas adorne este miércoles con dos violines sujete el día barnice peras en almíbar y anille al viento nubes azules me serví dos lluvias cambie la ropa a la tarde y pedí perdón a mi nostalgia corte dos naranjas para sostener mi silencio suspirare en un tibio té y con la misma soledad hablare lastiman las lanas de los cojines olvidados y los tejidos descansando sobre los periódicos se bordo la siesta en el otoño de las cinco de la tarde tendi la primera lluvia....
No quiero nombrar las cosas ni buscar sosiego en los murmullos me recostare al lado de los alfileres que sujetan el día quiero leer cartas de otoño anudar hojas y estar descalza con pantuflas de nubes tiritar sobre amapolas y soplar el viento con mis manos inventarle un código al susurro colgar mis versos en las telarañas atare todos los tic tac del reloj para que las mariposas se suelten de mi garganta y dejen que el otoño teja las veredas con lluvias.
Tiendo mis húmedos calcetines a las promesas del silencio el otoño se niega a salir de casa las aves se vistieron de abrigos y las costuras del visillo sueltan el polvo amargado desgastado otoño de sumisos olores quebradizos jazmines quietas ventanas con llantos de gorriones mis ojos amanecen húmedos y las sabanas se tienden en las tardes se hace sorda la soledad olvidados rastrojos cepillan las ventanas cerradas.
Otoños crecidos que callan palabras se apuntalan las albas en las ventanas asoleadas desnudos sin disfraz los arboles tejen ropas harapientas las tejas recogen las sonrisas del otoño las sosegadas puertas barren días y las rendijas atrapan aromas a uvas secas no es tiempo de salir de casa ni de limpiar armarios ni hacer del otoño un alfabeto es momento de recoger en mis zapatos las primeras gotas del llanto otoñal.
Los vidrios sucios lleno el tiempo de oxido las hojas se desprendieron al día siguiente siempre van a ser escuchadas pensé en las anónimas tardes y en los días que el cartero me traía otoños mi sueño despabila golondrinas y mi soledad aveces huele a llovizna siempre hay un guiño en los remolinos y en los cardos silvestres quedan las letras en las ropas colgadas de otoño tenderé el desespero y haré de todo esto una tardanza a mi pena.
Por la puerta de atrás las hojas secas se besan se destejen con el sol el otoño vino a visitarme me gustan estas tardes se quejan los pájaros de sus agostos lluviosos se secan las zarzas y la cigarra de otoño se teje pantuflas debo amontonar un par de cosas un abril perdido violetas envejecidas quiero embotellar el viento y toser para no dejar de sentirme sola.
La hora del otoño paso en el patio como viento se acarician los jazmines quiero una tarde de siesta con el olor de las naranjas y susurros de flores quiero que el pequeño sol atraviese las rejas y muerda las manzanas que espante el frió malintencionado que me abrace este jueves y juntos olvidemos la lluvia del domingo llevo días acostada cubierta de hojas sujetare mis botones para que el otoño no se lleve mi hostigada melancolía.
Sin equipaje los días se duermen huerfanos los arboles atrapan nubes se visten de cortezas y otoños murmulla el sol en borrador escribo el otoño en una hoja de cuaderno le amarro unas flores que me dan insomnio olfateo los silbidos de los arboles sacudiré mis zapatos y en el tejado quiero secar mis manos descansar con las ventanas abiertas abrigar mi pereza y a mediodía mirarme desnuda rescatar mi sonrisa llenarla de besos trenzar los aullidos de las tristezas bordar mis sabanas perdonar a los días solos y llenar mi plato de violetas azules y mis ventanas con pájaros en lluvia.