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DERRAMADO ABRIL
Al borde de tu otoño
nuestros rostros se perdían en tu presente
callabas a tu risa en los días de penas
a las seis de la tarde mudabas hojas
encendiendo cigarrillos te detenías a limpiar el polvo
de tu barba
después el sol respetaba tu silencio
derramado abril
distraidos tus ojos
atareabas el campo
y jugabas a los escondites con los pájaros
nunca retorno lo perdido
te bendigo Padre por todos esos otoños
cubiertos de tristezas
ya no deben nombrarsé las cosas
es hurgar en el dolor.
Emotivo, precioso. Me ha calado muy hondo, me ha emocionado, Ledeska.
ResponderEliminarpreciosísimo poema. Te ha salido de las entrañas. Me ha gustado mucho leerlo y me ha hecho compartir tu sensibilidad y emoción
ResponderEliminarbs
Juan Carlos