Hojas que nacen con silencios las tardes pasaron demasiado lentas y el otoño llego demasiado pronto el silencio gorgojea y arrastra hojas secas mi garganta anida con los albaricoques secos los dejo en mis podridos bolsillos detrás de las puertas cuelgo las esperas y veo como el tiempo devora el adobe es un día igual con la mesa servida las cosas duermen en la cocina las cortinas están grises y mis ojos repletos de amargura.
Los espejos de los viñedos perpetuaron el otoño hay un color ceniza en los zapallos es un pueblo de silencios y pastizales florecidos aves surcan adobes arrodillados los domingos alimentan las gallinas en mi teclado tiño los versos y firmo con la tinta del otoño quiero oler el campo escribirle al sol oír los gritos repetidos de los queltehue la tierra no cicatriza dibuja vinos arrugas nostálgicas y alcanza ropas descoloridas.
Corinto pequeño pueblito cerca de Talca... completamente en ruinas por el terremoto pero bello en versos.
Soleado el huerto en mañanas de aves la tierra huelé quieto en su melancolía recita los versos gesticula silencios sus años no son de calendarios se bordaron los aromas y las madreselvas rieron el era feliz desde las tres vestía de roció todas las verduras pintaba los nidos sembraba paciencia trillaba humildad dormía en su sombra las ortigas se tragan los surcos y hacia un rosario de habas cosechaba todas las letras para perderse en su propia distancia hace señas desde la casa era solo a las promesas.
El otoño del sur pintaba el abecedario de las hojas los abrazos cortejaban las ilusiones se hacia ocre el atardecer podre oler las magnolias el orégano del huerto y el humo que atraviesa la garganta se encumbran los abrigos se sentencian las lluvias se marchan con sus maletas las espigas la menta conversa con los pájaros los caracoles caminan al revés las ollas gimen con los caldos hirviendo la carne se asa la ruda en la taza la tos de mi padre margaritas tardías en la cerca de la casa.
Serviré la mesa otoñal cuando se aproximan las horas discretas hay un pan amasado que humea y un cristal empañado de palabras silenciadas se descuida el otoño cuando la cocina a leña llama las hojas al rezo del día la sencillez esta en el mantel y el aroma en el dulce de higos se bordo la tarde en la orilla de los canastos se sientan las añoranzas con un café hervido los asperos membrillos maduran en los tejados y los trigos cosechados ya duermen el desayuno esta servido en la esquina de la casa esta entrando el sol.
El frió comparte los otoños de agosto es tarde de limón y bufandas de mirar ventanas que dejan nostalgias secar las lágrimas de las plazas sorbetear soledades reposan los versos ensordece la quietud arrope los relojes ya no mecí mis ausencias en un libro vació no desmorone secretos que morían de hambre felizmente el olvido me entrego un manuscrito en donde no habían palabras solo un timbre que decía SOLEDAD.
No le temen a la ebriedad del viento erizan la piel del otoño en el espejo de las gotas... las mañanas bailan mientras atardecé todas son del viento el día las saca del pálido bostezo y los pájaros les roban el sol el otoño las subraya lloran palabras caerán a comienzos de abril y a principios de semana dormirán.
Como ropas en el suelo las hojas desvisten estaciones toda la tarde es de otoño las ramas lamen el viento y hacen eco los pájaros despiertos hay un alboroto porque regrese el sol dormido la melancolía poetiza la brisa en cinco silabas cae toda la tristeza los arboles en renglones torcidos abren su vientre el paisaje suena y se parece a la palabra dolor se abrochan al día y no temen a la ebriedad del viento.
Y lloraba mi abrigo en el perchero de otoño estaba amarillento y destilaba hojas los botones se desprendían como columpios de parques de olvidos se abrazan los paraguas esperando que el otoño les devuelva las lágrimas las letras me preguntan porque hay tantos pájaros en mis versos solo pude decirles que ellos hacen bulla en mi soledad y oyen mi nombre cotidiano ya no caerán mas pétalos y mi pena no es mas triste que la huida de las nubes es tiempo de llenar la cesta de manzanas lavar los trastos recojer la ropa colgada olvidar.... despedirse.... llegara también mi octubre.... y este otoño sera de paraguas.
Al borde de tu otoño nuestros rostros se perdían en tu presente callabas a tu risa en los días de penas a las seis de la tarde mudabas hojas encendiendo cigarrillos te detenías a limpiar el polvo de tu barba después el sol respetaba tu silencio derramado abril distraidos tus ojos atareabas el campo y jugabas a los escondites con los pájaros nunca retorno lo perdido te bendigo Padre por todos esos otoños cubiertos de tristezas ya no deben nombrarsé las cosas es hurgar en el dolor.
Paginas llenas de hojas y versos con olor a calles de otoños alfabéticamente ordeno mis risas y las crayolas de tiza visto al viento con camisas olvidadas y zapatos cambiados destejo las ventanas y a manotazos lleno de ramas secas los cantaros caliento las palabras para hacerlas mermeladas lleno botellas con suspiros y etiqueto soledades amarro las horas con prisa enumero mis vestidos y a la tarde le beso los dientes después barnizo calabazas.
El viento durmió en mi almohada nada hicimos por hablarnos se enredo en los hilos de mis bolsillos y lavo mis dientes con gotas que tenia mi ventana me peino con manzanas frescas desayunamos palabras en una taza de café sentí nostalgias en el techo aun se columpian las hojas ocres se huelen membrillos de otoños lavamos recuerdos y el viento los tendió amarrandolos con pájaros sostuvimos risas que colgaban de las parras y sin permiso de los arboles deletreamos magnolias el día dormido beso mi ombligo y desde ese segundo corrimos descalzos tras la amarillez del otoño.
En pequeños cajones guarde silencios etiquetados costurera de otoños no pude repletar soledades en este miércoles bosteza mi boca me canse de masticar otoños y de llorar al doblar las esquinas que fácil es murmurar dolores y tragar verbos estoy despeinada pero necesito botar la lluvia que tengo en las cortinas soltare caracoles para que el sol me recite versos soltare las hojas del borrador y preparare la mesa para cuarenta y cinco otoños entonces serviré brisas gritos de nubes dolor de ramas pálidas y enjuagare de lirios mis ropas y mañana.... mañana ya no sera otoño....
Encubro lluvias entre silbidos trazados descansa un poco la soledad que atolondrada pinta otoños arrodille lágrimas enhebradas de azahares la tarde desparramo tibios soles amarrados al silencio de golondrinas hicieron las maletas los girasoles y se enfermaron las hojas las añejas acuarelas persiguieron al otoño es martes y mi garganta duerme en los olores silvestres tejeré ropa a los arboles con adornadas migas de panes quiero quedar al borde de todas las tardes y esperar la risa del pizarrón de versos para corregir los bordados de las agujas otoñales.
Aunque pierda ya mi nombre siempre volveré a los otoños pronunciados quizás recuerde libros y el regreso a la casa de los paulonias morados siempre hubieron sombras y un día de familia tardes que comenzaban azular pero siempre era el mismo jardín que podaba las estaciones estábamos en otoño y mi madre ya era poeta nos tejía panes y dibujos con lápiz carbón miraba detrás de la cortina como se acostaban los gorriones y como mis pantuflas calentaban la orfandad de mis ojos aprendí a comer sopas con letras porque en otoño había frió los vegetales herbían y las peras se enfriaban.
El tiempo de otoño seco las uvas se arriman los gatos a mis medias rotas el sol me hace salir al patio para oler las horas solo voy matando los ratos de todas maneras los domingos de otoño siempre son así trato de doblarlos para que los lunes no espanten mis rutinas solo me siento a contar días y sera lo mas seguro que mañana a esta misma hora escriba otoños las azoradas madejas se enredan en mis dedos viejos hay un armario donde eternamente duermen las hormigas me riñen las cortinas porque los ventanales se ahogan con el humo del fogón las castañas siguen oliendo a barniz y mis carcajadas se llenan de aserrín.
Hay un tono gris que inunda otoños va suspirando la madera esperando hojas hay un acordeón de letras que escriben los brotes de las zarzas se despierta el día con aliento de hinojos secos la quietud hace muecas y se hacen nudos en las ventanas los momentos ya no hacen ruidos y se cortejan otoños y poetas este día no tiene pájaros desmadejada queda la vieja banca con una cansancio extraño ya los gatos no dan importancia al ronroneo que trae el agosto otoñal.
Pegajosa melancolía vaciados de ausencias adheridos al otoño blanco y negro se pudren sin huesos se quiebra el cielo es un agosto sin lluvias desdibujada estación el viento barrera el olvido de los álamos duele el paisaje quieren ser perdonados porque se desnudan con lágrimas se fueron las congojadas aves es su destino que a jirones les roba la vestimenta se seguirán trazando otoños cuando mis parpados aspiren jacintos la tarde describe la pena con bolígrafos de poetas.
Se zurcén suavemente las letras para formar el otoño los puntos los enhebrare con hilos de rocíos tempraneros amarraremos la ociosidad de las hojas cortare las barbas de penas de los castaños quiero hacer de este día un recojimiento otoñal ordenar los versos y orar vientos alargar el soñoliento sol cosechar luciérnagas porque mañana también sera otoño me sentare a reposar las digeridas lágrimas no haré caso al viento ya desordeno mis ojos espero mis pájaros de siempre para terminar de zurcir a las ramas las pisoteadas horas.
Estan por romperse los silencios que resbalaran cuando el estante este lleno mañana cocinare lloviznas y cereales de hojas los vidrios se tornaran tartamudos cuando las nubes dejen de estrujarse perderé las nauseas y sacare de mi garganta mi dolor es un otoño triste me dijo que nos abrazáramos cuando las gardenias dejen de suspirar los libros son recuerdos este día se han movido mis sentimientos.
Siempre buscaba un lugar y un ultimo otoño para contar pájaros siempre aburrida de mis dientes grises no se si mis bolsillos de rompan cuando guardo en ellos tanta tristeza de castañas en mil añicos caen aveces los grillos borrachas las amapolas piden perdón en las ventanas y en las alacenas la miel de mora ruega un poco de sol las paginas del otoño se burlan porque callo cuando tengo frió las lanas se llenaron de motas todavía busco una cosa donde apoyar mi frente también colecciono mensajes y maletas viejas tengo mucho que limpiar en este otoño barres escaleras tender sabanas tengo la boca atada a los versos cuando deje de vivir en mis zapatos.
No quiero que el otoño pase de moda ni que dore mis canas que los charcos dibujen tu cuerpo en niñez que las lunas sean de miel y los arboles boten soles la melancolía olería a mermeladas mirar por la ventana el ruido que hacia el viento encaramada en mis zapatos rozar los higos en silencio duelen tanto los troncos cuando gimen también habían días griposos y de pan con miel septiembre no solo era un mes crecían hongos en las maderas podridas de mi casa las revistas olvidaban el hambre pero siempre en un rincón había un menbrillo seco en domingo siempre llore los susurros de mi vestido.
Silabas de un silencio me traen lluvias crecen mis alientos y te olvido en otoño rellenando versos rotos después que vuelen las palabras desnudare mis cicatrices sonríen los argumentos del otoño y se sienten atareados mis días no se disimular mis silencios abrazados al abandono comprendí que mi pelo huele a viento repentino de otoño.
Tristezas de pájaros las margaritas no duermen porque es otoño hay una mudanza cuando colecciono estaciones los días tienen un semblante triste todo me hace escarbar verbos rendidos voy a recibir la lluvia en pócimas ilusorias hay un borde mudo de hojas y muchas interrogantes de otoño he quedado sin ropajes y sin rostros no quiero estar paciente cuando ya me han extirpado el alma mas allá del desconcierto mis pómulos quedaron viudos de caricias la pena saco todo el maquillaje de mis párpados estoy triste en otoño hay una transitoria rendición a los susurros y fiebre cuando la tarde se asoma con burlas me roba el sol que besa la ventana.
Días cortos que van resbalando en los espejos del olvido huelo pájaros silenciosos y presiento besos que no vuelven los sentimientos se mojan y aveces no se encuentran las miradas el otoño castiga las calles cuando son las cinco de la tarde cuando esta estación llore bordare un sol los arboles tienen dolor deben sujetar el viento.
Anudo enhebro trenzo murmullos busco el sosiego de otoño y un trocitó de tarde solicitare dos de azúcar cuando se salpiquen mis lágrimas solo insinuare que dejare balanceandosé los versos tristes inventare pinceles con risas sucesivas soy como un haiku me acabo en tres versos sinuosas palabras viene el otoño... allí solloce y vi también llorar en el ultimo momento a mi alma.
Quiero dibujar algodones que lloren otoños y colocar en mi boca un ramo de hojas anaranjadas aprender a dormir una tarde otoñal no quiero estar ociosa de nostalgias ni trizar mis versos las palabras quieren parir letras y el papel espera antes de un café bostezo cuando el silencio me habla ya no se de que color es la nostalgia pero el otoño es bien sigiloso cuando con su buril corta los trigos mansos las calabazas anuncian un otoño.
Los harapos del otoño me despabilan entre los sinónimos de este día dejare de sorber pensamientos tristes saldrá la agonía de mi purgatorio para que pájaros nuevos suelten flores el olor a violetas me sonroja siempre hay un plato sobrante en otoño quiero una breve mudanza de mis versos para arrodillarlos a nuevas letras se algodonan todas las solapas de tu recuerdo en las tardes huyen los pinceles de otoño y queda gris el silencio.
Me convertí en otoño con el silencio en colores azucaradas hojas en ramas purpuras gritos sordos del viento y el ruido de otoño siento el frió azul de la ausencia y el sueño seco de los troncos se sembraron cuarenta lágrimas y se anudaron mis pies gotean tantos susurros mios lloro detras de mi aliento ebria la brisa carcome mis manos hay cuadernos ocultos con versos rotos se remojaran las letras cuando invite a la lluvia que entre a sentarse con la nostalgia sostendré un poco de soledad en mi taza de café.
Hileras y acuarelas me sorprendieron esperando un tiempo quiero mirar desde tu ventana los otoños y el sosiego de las sonrisas pintar mis labios de cerezas y la tierra se abriga con hojas cuando los arboles peinan sus ramas se marchitan troncos he ceñido mi pena reseca para que se acongojen los fríos se ahogan pájaros ... cuanto falta para que noviembre llegué nadie escribe en la boca del otoño creo que es momento de callar versos hoy tengo tiempo de contar hojas.
Hay un desayuno de otoño con tibios soles y luciérnagas dormidas brotaran pájaros en mis humildes tejados se perfuman campanas bajo nubes en los antiguos patios quiero guardar los otoños bajo las telas de un closet agosto esta pensativo.... pero las flautas soplan hojas se pisan las violetas con pétalos de ciruelos y los higos se desnudan de fríos ya el otoño se cosecho y mi nombre quedo en el viento maquillare un poco los días cuando las mariposas se oculten tras las camelias las ortigas no quieren huir de sus insomnios en mi rostro arboles secos.
Serena tarde de amarillos y codornices huyen en hilera las hormigas y los gatos de agosto maullan hojeo la ultima antología de poetas que se han olvidado esta soledad es tan ambigua me vuelvo asustar cuando algún enojo molesta mis ojos el miedo también murmura el otoño desabotona hojas en el abecedario de las nostalgias el viento se lleva la afonía y la mudez de los días aleja alondras siempre llevo versos en mis párpados.
Ceñido los momentos a una mañana lluviosa sostengo en mis brazos todos los fracasos solté los suspiros cuando ya esta pronto acabar el otoño hay sonidos en los espacios vacíos lerdas están mis palabras los sentimientos ciegos nunca vieron lo que fuiste en los parques hay arboles sordos aveces pienso que te quedaste dormido en la otra casa encerrado en las ventanas mudas en el patio trasero quedo el durazno en flor los álamos altivos y el agosto del otoño pasado el silencio ya es culpa que desteje lágrimas es ya el tiempo de hechar a los bolsillos los reproches oxidados se nos termina el otoño y el gato se adormece en las hojas.
Tarde que dibujan un telar de ausencias bosteza el otoño y yo amo mis momentos simples se injertan las letanías de los días atardecidos en mis silencios esta el otoño siempre hubo manos desnudas y palabras incomodas aveces no comprendo las soledades que están vacías el sol siempre esta detrás de las hojas amarillas.
Hay demasiadas flores que nunca comprendieron porque los castaños dejaron de florecer todo era de color y sonidos de pájaros felices corrían los hijos y en el cielo las nubes abrazaban los volantines todos los otoños olían a comidas se extendían los brazos para los encuentros hoy hay demasiado espacio entre recuerdos se oxida el borde de las cosas y los pájaros cambian quiero oír lo que pienso.... me falta silencio.... necesito pasear en todas las ausencias y ver si alguien me amo en algun tiempo mis ojos lloran.... llegara la lluvia... los álamos también tiemblan y en otoño los trenes quieren retener pétalos.
Los silbidos sonaban en medio de arboles hasta las nubes crujen de frió las ciruelas se envejecían en las ramas cuando los aromas de las hierbas de menta llegaban a mi ventana las notas de los versos los colgué solicito cubrirme de palabras y que dejen de aturdirme los cantaros llenos de lluvias tendré poemas con olor a jazmines y las tristezas taciturnas descansaran sobre mi vestido los domingos también se equivocan y no por un descuido no habrán cartas para leer enfrente de una ventana quizás alguna tarde deje de equivocarme.... cuando el otoño me abandone con el frio....
Campanas sonaban en ecos de vientos siempre habían en tu bolso olvidos y unos papeles hojeados llenos de olor a cigarros y algo de polvo del tiempo los aullidos de perros despertaban tus horas cuando las cenizas de tu paso dejaba marcas manoteabas los días cuando la ropa rasgada nos avisaba tu abandono se golpeaban silabas cuando en las paredes danzaban telarañas siempre abriste las cortinas para que en tus sienes golpeara un diminuto rayo de sol siempre había un plato en la mesa cuando las hormigas paseaban en silencio afuera sige el otoño.....
Maduran las frutas en la estación de las hojas marrones se extienden las telas de las ropas al viento amontono libros junto a los leños por las tardes perpetuo en rezos arrojo las mariposas de mi pelo me siento al lado de los ruidos que deja el viento se sosiegan las golondrinas no quiero que mi risa se averguence en esta tarde de otoño faltaba mi padre su soledad y su rendición al abandono volaron tantas aves el día en que su nombre se quedaba en una cruz cuantos abrazos nos olvidamos....
El viento me despierta de un letargo que hace de mi pena algo embriagador mis manos sueñan pájaros y mi día espera violines en silencio siempre hay un septiembre lejano y un tren dormido ya no hay palidez en mi rostro y este amarillo otoño me llena de melancolía baja el sol sumergida en los tejidos del otoño anidare de nuevo en los versos con olor a lluvia y violetas.