Amuñar poemas sueltos unir suspiros se alarga el viento del otoño duermen amapolas resbalan días se cansan las tardes y se abren ojales el tiempo trae un olor de conversaciones de ventanas confundidas quiero descolgar mis ropas sacudir el frió antes que mi cara se note pálida besare esa ausencia no se si podre bosquejar olvidos me abrazare a mi vestido y seguiré perfumando mis inviernos.
Tejer pájaros justo en las horas de calles dormidas rumorea un poco la soledad en libros deshojados con olor a días viejos se escaparon de mis bolsillos las margaritas frías no pude escribir en los manteles tendidos ni pintar agujas oler alelíes en días de siestas esperare otoños con murmullos de café soltar los enjambres dolorosos pronto dejara de sonar el viento y se acostaran mis palabras siguen las almohadas suspirando ventanas mañana desenrredaré este letargo que me trajo diciembre.
LEDESKA DERECHOS RESERVADOS.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Tarde con alientos de hojas resecas encajes añejos de arboles tristes de otoños sin pantuflas de lana descansan las aves los silencios se sienten vacíos pero siempre hay ruidos que crujen paredes el viento se asoma siempre en las esquinas y a cada momento las cortinas están nerviosas arroparse temprano para que la lluvia se columpie en las nubes tejas que piensan en las mariposas desvestidas cerrar el portón cuando las palabras ya no hablan no es un otoño distinto el tiempo aun sigue en los manzanos quebrados la tristeza esta ahí mirando por las rendijas y mis mejillas esperan pálidas el momento de sentarme en el atril del día.
Un otoño también olvidado deja susurros de pájaros solos el orégano ya seco se coloca zapatos lo domestico siempre es mio planchar lágrimas tender pensamientos cocinar otoños siempre mis ojos húmedos y entumecida soledad el hastió ya no se mudo el frió trae canastos con leñas en el delgado hilo de vida me sujeto a las puertas y miro cuanta tristeza tengo las almohadas destiñeron mis cabellos me hace falta campanas sosegadas y meses con murmullos de lirios vivir mi tiempo con otoños despiertos.
Respiran los lienzos de un día domingo donde los pájaros buscan palabras a los nísperos anaranjados las cosas rasguñan pálidas nubes mis ojos tienen sueño la ventana sigue sin bufanda una anemia me abraza sin remedios hace mucho olvide el periódico y solo se cocinar bostezos el silencio me estornuda al borde de las luciérnagas hay manzanas que esperan las lluvias del otoño la soledad se humedece y afuera los zancudos sujetan los hilos de las lágrimas hace mucho las nubes envejecieron.
Atardece con frió las frutas se arrugan siempre mirando por la ventana arropando mi alma con olor a enfermedad dificulto mis movimientos siempre hay otoños con hemorragias silbo al silencio palpando abejas tristes por entre los encajes de las cortinas las mariposas rezan el aliento se hace hondo hay rendijas en cada cosa las pinzas de la ropa sujeta caracoles y el azul gris dibuja azúcar con color a nubes se arrodillan también mis manos entro de pronto al ultimo suspiro cuando se acuestan a mi lado todas las hojas arropadas de amarillo.
No se en que momento desabrigue mi otoño y entumecí mis pies aburridas las tardes paralizan las agotadas viñas están sucias las esquinas el letargo aproxima adormecidos amarillos los terrones hablan de otoños pasados que empujaron margaritas duelen mis codos de tanto mirar en tardes con ventanas gastadas muchas oraciones muchos días abrigándome antes que todo me abandone y se duerma mi lengua quiero disfrutar de mi ultimo otoño.
El sol pinto la mesa con flores hablo al silencio y con trazos gruesos descolgó fotografías la mesa sucia de instantes llorosos se desmaya el murmullo y se arremolinan los vegetales hay un rumor de tardes débiles de amarillos y ocres ajados encojidos los susurros pierden las palabras hay remolinos de otoños que jadean el larguisímo suspiro de los magnolios me avisa que la tarde se recojé que hay que sacudir bolsillos y acostar avergonzados fríos la pimienta estornuda cuando cierro las cortinas.
Fue el otoño que abrió los cajones del día y desparramo las hojas a menudo se tropieza el polvo con el silencio los baúles están sucios hay mucha humedad en los puños de las ropas frutas amargas y tiempos de desteñidos sentimientos palabras que pintaron hadas calcetines llenos de mentiras despedí tantas cosas cuando se hilbanaban nubes y llovían suspiros duro la melancolía con su olor a menta a tardes percanes y a perros solitarios como bofetada descubrí los otoños que despertaban mis murmullos los paraguas muerden arrugas y los muebles descansan las gargantas mañana escribiré sobre los pájaros.
Sutil gesto del otoño que cierra su abrigo y abotona las hojas día de tibio sol que teje amarillos soledad antigua de paredes que articulan palabras y bordan puertas he sentido que noviembre es ausencia que también oxido manzanas y suspiros alargados he dormido largo tiempo amuñando jazmines hay un borde doloroso de mesas sin sombras de acostarse con el rostro astillado otoños donde solo callamos recoger la tarde acostar los entumecidos pájaros abrigar los canastos llenos de hojas barrer caracoles rotos y esperar otro noviembre con muchos cafés junto a la chimenea.
Solían las nubes hablarme bajo de las cajas cerradas deshojadas polillas dormían se tejían alas de madera sombreros colgados con ramas de otoños miran ventanas con flores sin pétalos la casa siempre bajaba los párpados y tragaba silencios susurran limones y cerezas secas entumecidos gorriones siguen llorando en este otoño frió entre mis costuras buscar palabras azules me abracé solo quiero que el viento me siga prometo reír todas las mañanas sacudir los paraguas jirones de silencios de almohadones sosegados morder los momentos cuando la tarde pone distraidos pájaros en mis versos.
El campo reposa la siesta de noviembre con eucaliptos que contemplan golondrinas muchas mariposas colgadas en los alambres heridos de olvidos los espacios vacíos se llenaron de hojas y de alfileres que sujetan abejas los pétalos juntan todas las vocales me duele el sonido de los grillos las hierbas siempre estuvieron sin sábanas el viento empuja a los sollozos que duerman en las ventanas rotas la mesa se queja los tomates rezan la leche silenciosa hierve ya no hay ojales en las puertas roncan los rastrojos del huerto no me gusta que el otoño se vaya en noviembre.
Había una tarde de manzanillas cerrándose como pájaros rendidos se guardan palabras atadas con ciruelas arrugadas deletreo mis ojos y las nostalgias que seco junto a la puerta se que hay una hora feliz de zapatos tibios galletas y azúcar de perdices riendo entre las magnolias remendé el frió y trate de entibiar los sorbos del día el ojal de las flores esta descosido y los atolondrados bolsillos se llenan de calcetines rotos en cajas de cartón se esconden silabas y cosas tontas amarillas asolean sus murmullos.
Se abrieron las castañas y el otoño roba hojas se lamentan los café en el mantel de girasoles llorones se sostiene todo el silencio el viento se sentó con sus ropas hilachentas y los muebles dejaron de tener cuerdas vocales silban mis rodillas y en mi chaleco hay dos botones cojos bostezan mariposas en un jarrón y los poemas limpian ventanas en el rincón preferido me ríe el paraguas y el bolso de lana recita suspiros siempre a orillas de las mañanas las carcajadas de los calcetines colgados hacen cosquillas al sol me sentare a escribir mejillas rojas y murmullos insensatos.
Había un silencio en los pastos se juntaban arboles para abrazarse de la lluvia las cortinas hacían madejas en las ventanas los pájaros llenaban frascos con gotas y las hojas ya no estaban bulliciosas las rosas reían de tanta lluvia las colmenas cerraban sus puertas se mojaban las alas de dos mariposas no estaban las amapolas un poco de humo se asomaban tantos versos las viñas lloraban secando sus ojos el borde de las casas secaba los calcetines de las lilas deshilvane mis zapatos para correr feliz cuando las nubes cruzaban el campo no quiero olvidar este día que me aturdió de tantos desteñidos octubres moje mi ropa lave un miércoles ayer no había olor de desamparos.
Como las flores amarillas asomadas en las cortinas el otoño nos esperaba era la hora de las ciruelas azules y de trenzar nubes es difícil el crepúsculo cuando llueve el manzano solo espera el humo de los cigarros de las luciérnagas muchos insectos descalzos muchas espigas besando al viento sillas sentadas en la melancolía me acomode a los octubres helados hubo muchas ropas tendidas en las ventanas se sueltan los botones de las faldas de las amapolas los encajes del día sostienen azucenas.
El día es tranquilo con olor a pájaros y crisantemos amarillos con el sol reposando en las veredas paredes que estrujan fríos me dormí cuando la lluvia se callo siempre hay musgos apegados a mis silencios una soledad acostumbrada con palomas bordando tejados comulgo a mis lágrimas envejecieron lirios la tarde se hace mas desolada después de abrigar mi rostro hay cosas que son demasiadas largas la casa esta muy callada como si el silencio anulara los muebles el otoño es la estación de las personas tristes.
El otoño siempre tubo cucharadas de hojas rojas y castaños con gorros en el bolsillo de los arboles siempre había postres escondidos manoseando tantas letras los besos eran de tonalidades naranjas cada otoñal día guarde amarrados girasoles y mencionadas fechas el canasto estuvo con leña muchos pájaros sujetandomé muchas lluvias respire grillos ensordecidos los atardeceres fueron muy cortos en mi boca mucho silencio y en mis manos abandonos.
Siempre las lejanías me han robado lágrimas y espantan todas las aves de mis versos muchos veranos simularon su ida pero estaban tejiendo ramas con margaritas prendidas conversan las telarañas y las mariposas se tejen zapatos el olfato de las hierbas me hace despertar duelen siempre los calcetines mojados y los otoños planchando camisas el oxido de los portones cerrados los silencios incrustados mi llanto es antiguo y mis penas muy resignadas las ventanas no están tan pálidas hoy dibujare hormigas y desordenare las migas pintare mis uñas hay sol de octubre y aromas de navidad me siento un poco peor.
Sigo aquí con los ojos enjuagados el otoño se vistió y las maletas preparo solo una flor en el retrato de mi padre octubre esta rojo y nadie me siente llorar solo queda mi silueta cerrando una oración y una tarde repujada en hilera veo los versos con manzanas y piadosos nidos estrujo limoneros y aves mojadas humildes son todas las puertas que se llenan de polvo del alfiletero desprendo toda la inquietud que tienen mis párpados la casa esta inundada de ciénagas trasnochadas y arreboles dolorosos.
Piensan las amapolas porque el otoño las desabriga todo es sueño para sus débiles pétalos la gravilla las sujeta a los rieles hay un dialogo de arboles sin zapatos y un cansancio que desabrocha cajones y peina sauces sin hojas ahora me duelen los delirios de los troncos y las salibas de los techos las casas están cerradas y el viento eleva ropas de patios con charcos los humos salpican cenizas cielos tristes violines enmohecidos todo es amarillo en otoño el polvo se puede oler en mi abrigo largo siempre hubo un diccionario para hablar al camino de tierra a la orilla de las viñas siempre el hinojo se burlaba de mis zapatos mojados.
Hay hojas en las palabras y rastrojos en este otoño algo grises el viento aveces es indiferente como un noviembre que huye del frió somnolientos días de pájaros acurrucados las agujas cosen sillas y bolsos de lanas siempre hubo en la casa un sabor a frutas cosidas porque duelen los dientes de tanto masticar soledad se secan caligrafías reposa la albahaca en la sopa y los eucaliptos secan sus ropas junto a un fumado cigarrillo las mariposas tubieron hambre y mis mañanas lloraron en los alfileres que sujetaban la nausea.
SIGO DISTRAIDA ESPERANDO EL VIENTO..cuando caen lunas y libélulas en un jardín de lirios silenciosos abriré puertas para entrar con los sábados son tantas TARDES DE OTOÑOS donde el viento a madurado años siempre estoy de espaldas mirando como el silencio teje flores hay muchos MURMULLOS DE PÁJAROS atrapados en mis manteles quizás todo esta igual siempre hay un florero que se arregla con mis ojos penosos las hojas son como sombrillas abiertas que dormitan todos los martes.
El patio reune arboles con otoños sacar el piyamas al día para que octubre termine con letras sencillas se lloran manteles se bordan lanas aveces me entristecen otras tardes cuando mis piernas son espigas débiles tendí mucha ropa prendida al verso se deshilacharon antes de dormir mis manos se enfrió la sopa y el viento enflaqueció amarrado a las cortinas pobres el níspero sin flores se atraganto con el humo los rezos también silbaron cuando las paredes estaban calladas.
Se queja el silencio en la manilla de la puerta desamoblado el otoño se pasea por el viento que entra en los patios el viernes decidió salir de las habitaciones sin maquillajes las ventanas hacen gestos la nostalgia recorta abandonos mil dolores tienen las higueras envejecen blancos carcomidos la amnesia del sol olvido golondrinas.
Los azahares estrujaron versos carraspean los olores del otoño aun me queda un noviembre con peras y hortencias risueñas es de mañana día de bosquejar trigos entumecidos están mis zapatos que esperan siempre en la puerta confundidos esperan nada quisiera trenzar tu voz en mi pelo y esperarte en mi atardecer rodeada de aves abrigada de vocablos tejamos rocíos y extendamos los manteles abatidos de migas y en los patios desgranaremos uvas.
Hoy retumban sonidos sin sol los instantes se sienten helados gritan... bostezan el amor no roza mi mano ni me trae lirios frescos se que tardaran muchas cosas por eso apague estrellas y amase mi pelo en la lluvia se desordenan las palabras no puedo unir otoño y cicatrices cuantos días envejecidos el óvalo de mis ojos refleja pena los higos se ven harapientos las abejas también se acercaron a mi plato muchos otoños nos acostamos dándonos la espalda.
Para que este otoño no me pese tanto dejare que las hortensias estornuden que se destapen los frascos para dejar salir mariposas con sueños descoser retazos secar manzanas en las ventanas embotellar lágrimas no se que parte de abril se quedo prendido de mis labios lavare el silencio de mis bolsillos sacare todas las silabas rotas llenare un canasto de calles mojadas arrullare todos los paraguas recojeré todas las gotas de los tejados para lavar mariposas.
Se sintió el sol y hay un olor a flores crecidas ya no languidecen arboles y no hay retrasos de las cosas se desnudan vientos se llenan de hastíos las tardes es ceniciento el color de las hojas los zapatos del otoño están angustiados evitando charcos evitando costuras con cordones de nostalgía la humedad penetra y mis calcetines trepan en la chimenea las nubes tratan de convencer paraguas es el día preciso para encontrar soledades limpiar mis rodillas y correr los visillos.
Añejos perfumes de otoños antiguos ya no me importa el gemido de arboles o llantos de nubes ni que las hojas agonicen todo ya esta quieto los insectos de abrigan con lanas el pequeño sol dibuja frutas mi sueño solo cabe en mis zapatos la melancolía de hoy servirá la sopa y los caracoles traerán secas hortensias las estrellas que guarde en las bodegas limpiaran mis almohadas arrugadas ya no me rehuye el olor a las cosas viejas tampoco quiero otros recuerdos este es mi sábado con pájaros polvosos mañanas en silencio y margaritas en la ventana.
Se fue quedando mudo el día y un poco de tinta solo me sostuvo en los últimos poemas de ayer me gustan las calles barridas de otoños y las ventanas melancólicas detrás siempre hay mucha pena me asombra la mirada triste que dejan párpados llorando nubes llamo a los pájaros para regalarles silencio hoy quiero deshilbanarme del frió y dejar que mi cansancio descanse en el azúcar de los murmullos a que olera el viento que anuda hojas a jazmines tiernos o vejez que llora soledad.
Indefinidos amarillos de otoño me regalan recuerdos ausencias de flores arrugas que veneran párpados los cristales me respiran en este día confesado alquile muchos otoños con esquinas rotas y señale con el dedo tantos abandonos resbalaron tejados mojados bajo mi almohada y me asfixie tantos viernes me duele recibir la lluvia sin besos y tener zapatos vacíos nunca hubieron botellas de días jueves solo borracheras de penas tapare mis hipos con enhebrados silencios dormire con mariposas otoñales.
Hay unos últimos cardos espinosos sobre el jardín algo tristes el atardecer ya los ovillo fracasan y tiemblan porque es otoño trazos de azucenas hacen risas forzadas y yo mientras bostezo la lluvia hace borbotones en algún charco solo el día esta atontado un poco gris con un alzheimer algo perpetuo hoy no hay mariposas solo un poco de melancolía unas alegres margaritas suspiran una a una las cortare....
Para ti serán todas las flores Mercedes Ridocci FELIZ CUMPLEAÑOS.... mi regalo este poema algo melancólico.
Cruje el tejado cuando se trastoca el silencio se fue otro septiembre frió sin hojas silba el día y las suelas de los arboles se desgastan porque siempre los pájaros hacen preguntas a los adoquines malentendidos tan ocupados con sus ausencias buscan versos me duelen los zapatos de tanto simular mañanas con vientos harapientos las veredas están flojas el otoño se esparce sin apuros en las esquinas siempre hay un poco de limosna jamas desperdiciare el silencio ni el azul resbaladizo de las nubes no sabia que los otoños los enumeraría y que las hojas serian como monosílabos sin tropezones esquivare los charcos tristes.
LEDESKA DERECHOS RESERVADOS.
martes, 28 de septiembre de 2010
Me ausentare unos dias... ire a ver a mi padre para llebarle flores de estaciones otoñales...
Tranquilo el día decidí coser los recuerdos a mis bolsillos adornar los arboles con la risa de mi padre tomar un café al borde de la ventana cocinare todas sus palabras y pintar flores rosadas tejer abrigos a las cortinas descocidas barreré el tiempo incrustado en la casa secare al sol el paraguas de ayer porque el adobe de la tarde se agrieto con el viento de septiembre cerrare el bolso peinare mi pelo respirare hasta el día siguiente cuando en tu tumba deje las mejores estaciones otoñales.
El otoño se quedo en los musgos con olor a cosas abandonadas el hastio se averguenza de la casa con barro aqui estoy mordiendome toda la tristeza pasaran mas otoños uniendo soledades vine para cerrar la casa para que el tiempo se retire ya no se me olvidaran las llaves toneladas de hojas suplicaran que caliente el sol los ojos de los perros ya no tropezaran con los bostezos de mi padre ya no habran mas pantalones arremangados y sus parpados no dormiran las siestas.
Otoño de domingo lluvioso jirones de recuerdos rasgan la casa atravesé las cercas y el olor a ciruelas me hizo oír muchas risas había un alboroto en las ramas los pájaros se alegraban hasta las maltratadas paredes se hablaban entre ellas había mucha tristeza el agua corría desde mi abrigo a mis botas el acumulado musgo estrujaba sus ropas las ventanas pedían contemplar las calas que nunca duermen estaban susurrando los versos de mi madre el olor a té me dejo inquieta había que ponerles cortinas a los vidrios rotos seguía lloviendo y los arboles entumecidos sacudían sus mochilas cargadas de hojas.
Esta fue la casa de otoño donde mi padre encendia la chimenea hoy esto queda... presencias... recuerdos... y muchas soledades....
Hoy es día de duelos arrepentidos de un otoño atrasado rezar para no oír gemidos pausado dolor había una certeza en esta mañana Dios nos repartiría unos momentos antes de cerrarle los ojos los cigarros están de luto y el sol algo adolorido el pasillo era largo y silencioso se mojaban mis zapatos de lágrimas se perdía el humo seco de tus ropas y se esparcirán los silencios rotos hilvanar el dolor en los cabellos atar los cordones de tus zapatos buscar tu ropa elegir flores regresar a casa....
En el día de tu muerte el otoño nos regalo lágrimas en forma de lluvias... nubes oscuras y unas aves que ya se habían silenciado... hoy no quiero hablar es día de mi duelo... amontonare unas flores y con los ojos en pena te visito.
Se comenzo a secar el silencio y las colmenas sepultaron sueños todo se abriga junto a las nostalgias mis suplicas añoraron tu mejoría el día estaba como hoy lleno de nubes y los pájaros nos miraban desde lo alto como llorabámos pasillos mudos calles con hojas se extendieron muchas manos y el otoño nos traía mas dolor te quedabas cada vez mas cansado tu cuerpo se nos huía el día sangra jamas encontré mas helado el otoño no eras poeta solíamos ver tu barba crecida lágrimas tristes y uñas sombrías nadie nos vio por los pasillos como la vida nos dejaba un hueco lloro la rabia se congojo la pena el olvido no es un buen recurso.
Te amo Padre..... Hoy igual que un año atrás el cielo esta lleno de palomas blancas...
Huelo desde la ventana aromas de limones y naranjas ácidas se desvisten las nubes viejas atravieso todo el huerto con las manos dentro del delantal gimen las ausencias hace frió el sol solo tiene palabras para mi sudan las hierbas y los pájaros hacen rondas el otoño hiere los troncos y los humildes hinojos sueñan siempre los días son distintos pero el silencio es el mismo hay un trajín de insectos y un sosiego en mis piernas aveces la nostalgia se escribe con faltas de ortografía siempre el gato me lame las medias hoy es día de hacer mermelada de menbrillos.
Hay un poco de sol entre los patios en flor cercos llenos de recuerdos y hojas muchos octubres en la espalda de mi padre endurecidos arboles y unos zapatos viejos amarrados al sol racimos de uvas secos hablándole a la soledad un poco de ropa mojada gesticulando al frió un columpio que retiene risas resbalandosé hoy con las primeras lluvias de este el otoño de mi padre a el ya no le importan las camisas sin planchar huelen a humedades rancias y toser para el ayuda a despertar la casa siempre esta mas triste en el respaldo de una silla frente a la casa siempre hay musgos añejos.
En este día hay un otoño recojido de dolor por la muerte de mi padre.
Mirar nubes o llorar sobre charcos mecen nidos bajo sus brazos con mangas pintaron versos y nombres pero siempre fueron nostálgicos sus piernas sujetaban bicicletas que esperan tardes le hablaron a los adoquines helados mecieron cuerdas a las ciruelas crecen y ocultan rostros que lloran cuando las campanas descansan estrujan todos los silencios cuando despiden perezas espían los días y observan las despedidas del sol cuando es otoño siguen durmiendo tienen formas y piernas que aveces lastiman.
Atoradas las hojas con insomnios de otoños se enredan en verbos de mañanas frías respiran cielos grises como sortilegios en los bolsillos de los pantalones acarician quejumbrosas la soledad como siluetas recojidas se esparcieron en otoño lloran aburridas bajo los arboles y burlan a las nubes cuando gritan las amapolas las hojas aman el silencio son languidez de días dominicales caen desde las solapas de las ramas hasta las tardes que esperan brisas se despiden calladas destilando tanto olvido.
Párrafos de otoños vestidos de platos sucios las ortografías de la mesa agonizan el mantel llora el frió las arritmias de los arboles asusta y los silencios hacen ruidos en las bibliotecas mis manos insisten en seguir cruzadas y mi soledad sigue tosiendo en el ojal de mi vestido llevo muchos pecados el vinagre rasguña las cebollas guardadas en vasijas de cristal alertas del frió los perros sufren los desayunos son dolores y dejaran de agonizar los abrigos con polvos las escobas se callan en la cocina humean galletas y se secan ropas los pájaros se acostaran temprano siempre desfiguré en mis tardes de otoños los colores ocres.
Hay un aroma de ropas tendidas y jabones azules a ratos lloran las uvas secas y se arropa marzo en otoño las cajas se fueron llenando de nada las azucenas ya no respiran poemas solo los maizales secos esperan aves mueren siestas con días llorosos se derriten nubes con atrapadas golondrinas sufren las ciruelas cuando los poetas se cansan sentada me besan hojas cuento las madejas que me tejerán cariños en los trastos viejos pasa el día en la ventana helada la silueta de un gato.
Se arrugo el otoño en un telar de angustias ya no hay nada que el viento no arrastre el sol tiene un monologo oculto con un olor antiguo de arboles es hora de dar un portazo a los días para colgarme de las disculpas el otoño tiene faltas de ortografía que sincronizan mañanas el viento aborta susurros podare ventanales para observar el dialogo de los pájaros perdonare a los paisajes de cartón que nunca se fueron y a los chubascos llenos de mugres grises viejas acacias de maderas que anuncian clausuras ladrillos estremecidos que asesinan amasijos de otoños.
Destiladas lluvias de amaneceres revolotean mis perezas cuando quiero una larga pausa a mis otoños se endulzan las ciruelas y se descocen bastas de vestidos usados se hicieron añejas las telas con botones de soledad se desprendieron todos los paseos con las aceras ahora polvorientas se acostaron las canciones y humearon las sopas vacías resbalan higos y naranjas con azúcar mis días atarantados de los ajos que comienzan a crecer se acumulan tejados con vientos embarrados de otoños los rastrojos siempre se ocultan tras las puertas en los rieles siempre quedan hojas.
Aleteos dorados de hojas enmudecidas acariciadoras de mañanas cuando los jazmines ya no están jadeantes y marchitas de colores purpuras disfrutan vacías todas las calles de septiembre atrasan relojes de tardes con olor a otoños añoran en los patios almacenadas amontonadas lloran hay una redención al viento se cuelan sin prisas en las ventanas no se si se marchan a pisotear amapolas o solo quieren juguetear en mis faldas siempre hay una excusa para marcharse cuando en los andenes abandonados las recogen como flores.
Hay muchas palabras de otoño que quedaron despiertas el viento esta casi olvidado conozco mis lluvias que se acurrucan y que despiertan a los pájaros quedan muchos zapatos húmedos y paredes llenas de humo siempre estoy sentada con demasiada culpa y con tantos otoños doliéndome tantas torpezas apegadas al polvo de la casa tantos vientos metidos en los cajones necesito ahora silencio para enfrascar la ausencia y recoger los ceniceros dejados al olvido dejar de llorar sobre los pijamas sucios.
Se marchan los olores de los zapatos gastados ya no se de pájaros ni de agujas que descosen el sol los tejidos del otoño roban manzanas cuando mi cansancio se sujeta de los estornudos siempre habrá un sábado con alientos a café libros amarillos y bufandas con motas de cardos siempre hay una mesa antigua puntos y comas añejos me gusta dormir en otoño lijar tejas secar nombres callar y cerrar palabras desempolvar recetas planchar las solapas de los abrigos mojados mañana nesecitaré un cigarrillo.